Buenas noches / Buenos días,
Después de una semana de dar talleres en Mexicali y de otros tres días en Tijuana, hay tantas historias que se podrían contar que no cabrían en esta Monday News. Por eso voy a elegir una sola, la del padre Daniel.
Él es quien dirige HOCATI, un hogar en Tijuana donde viven niños y niñas sin padres que puedan cuidarles. Para construir en el piso superior la consulta psicológica, hace tres semanas organizamos en Barcelona un festival con seis horas de conciertos y logramos recaudar 1400€. Damos gracias de todo corazón a los artistas que actuaron gratis, a las cocineras y al público que compró entradas para reunir este dinero.
Con su generosidad, a mediados de agosto estos pequeños tendrán un lugar privado donde podrán hablar con el terapeuta sin que les llegue el ruido de toda la casa.
Los padres de todos ellos son drogadictos o viven en la calle. Algunos han sufrido abusos de muy pequeños. Con todo, por encima del trauma, en la casa reina el cariño y la amabilidad.

Cuando llegamos a este hogar donde el padre Daniel convive con una decena de niños como una familia, empezamos a hablar con cada uno ellos, muy felices y agradecidos con la visita. Nos preguntan muchas cosas y, a su vez, nosotros nos interesamos por sus planes y sueños. Además de trastornos de hiperactividad, observamos muchas dificultades de lenguaje en los pequeños, probablemente debido a bloqueos emocionales.
Mientras pensamos cómo podemos ayudar a estos héroes de la resiliencia, pido al padre hablar en privado. Subimos al piso donde se construirá la futura consulta. Allí me habla de las dificultades de cada niño. Luego me intereso por la vida de este sacerdote de 43 años que, pese a la enorme carga que lleva sobre sus hombros, emana bondad y entusiasmo.

Daniel me cuenta que sus padres habían tenido tiendas en Michoacán, su ciudad, pero en una de las crisis que asolan México cada cierto tiempo se arruinaron y se quedaron sin nada. Él tenía 16 años cuando iniciaron el camino hacia el norte para intentar saltar la valla que separa la pobreza de Estados Unidos. Las primeras dos veces fue apresado y deportado de vuelta. A la tercera logró entrar como ilegal y así permanecería durante ocho años.
Durante todo este tiempo, descubrió que en el paraíso soñado a duras penas podía sobrevivir. Sin papeles, trabajaba catorce horas al día cortando pizarras en una pequeña factoría. Cuando parecía que por fin podría regularizar su situación, un encuentro con los escolapios en una capilla de Los Ángeles provocó en su interior un cambio de rumbo.
Al conocer las misiones en las que trabaja esta organización religiosa, sintió una llamada que no pudo silenciar. Con 24, Daniel renunció a su novia y a sus planes de un futuro próspero para regresar a México y empezar los diez años de formación como sacerdote. Por fin sabía a qué quería dedicar el resto de su vida: a trabajar para los niños pobres.
Tras ser ordenado, lo destinaron a una comunidad indígena de Ecuador. Allí permaneció varios años y luego se estableció en Mexicali, donde coordinaría todas las obras sociales. Al producirse una vacante en HOCATI, le ofrecieron ponerse al cargo de este hogar de niños de Tijuana. Desde entonces consagra su vida a este proyecto.
—La primera vez que tuve que firmar un documento, como tutor de uno de los niños, me di cuenta de la responsabilidad en la que me había metido —me explica Daniel con humildad—. Desde un punto de vista legal, soy como el padre de todos ellos.
—¿Y cómo asumiste esa responsabilidad? —le pregunto.
—Al principio con miedo. Aun hoy, cada noche presto atención desde mi cama a lo que sucede en la habitación de al lado. Yo duermo en la casa de acogida de otros cuatro adolescentes, además de atender durante el día a los niños de esta. Si oigo algún ruido, me levanto. A veces hay un chico llorando, porque la noche es un momento en el que aparecen todos los fantasmas y carencias. Entonces, charlo con él hasta que se tranquiliza y vuelve a su habitación.
Seguimos charlando sobre los retos del día a día, y en algún momento le pregunto al padre Daniel cómo afronta los días en los que le fallan las fuerzas o la moral. Tras pensarlo un instante, me dice:
—¿Sabes, Francesc? A la gente apasionada le duele la vida. Tiene que dolerte, si eres sensible —Finalmente sonríe para concluir—: Pero la gozas.
¡Feliz semana!
Francesc
Comments
Marta
Hola querido FRANCESC… Ya lo creo…Padre Daniel…un hombre con propósito y tú también eres un hombre con Propósito ….excelente idea ..un festival en Barcelona para hacer realidad un Sueño…se que muy pronto podré materializar un sueño con Propósito ….me INSPIRAS …hoy celebramos el día del amigo….palabra bella si la hay….te ABRAZO en tu espíritu de hermandad y Amistad …te cuento que justamente hoy estoy preparando una CONVERSAtion Class basada en una Vida con PROPÓSITO…y elegí a Coldplay …Everyday life …un video INCREíBLE….también voy a citar a Yuriko y ahora al Padre Daniel…y a Ti …ferviente investigador de este tema apasionante ..Infinitas Gracias…Dios te BENDIGA…
Francesc Miralles
Sí, “amigo” es la palabra más bella :))) Coldplay es buena banda sonora para una conversación sobre el propósito. ¡Mil gracias a ti, Marta!
Marta
Me refería a Yukio Shige …an Unforgettable Man with a Purpose …
Francesc Miralles
:)))
Ferran
Hola de nuevo
La historia del post anterior me encantó, tanto que se lo mostré a mi esposa. Luego ella leyó en voz alta el comentario que yo había hecho y me quedé con la sensación de que algo no me gustaba.
Me di cuenta de que había puesto la mirada en mí y mis deseos y en mis buenos deseos para ti, dejando sin atención a los niños, los voluntarios y lo que de verdad importaba en ese lugar.
Eso me dejó con mal sabor de boca y con las ganas de escribir un segundo comentario para decir justo eso. Me sentía avergonzado y quería decirlo, como para disculparme. Pero finalmente pasaron los días y no lo hice y luego pensé que ya habían pasado muchos días.
Por suerte hoy hay un segundo post y tengo de nuevo la oportunidad de decirlo y de disfrutar leyéndolo.
Se lo mostraré a mi esposa también.
Gracias por compartirlo Fancesc. Gracias a Don pájaro y Doña Carmen, al padre Daniel y a todos los que aportan algo para crear un lugar un poquito mejor. Ojalá tenga la oportunidad algún día de aportar mi granito de arena y ver si estoy a la altura ?.
Que todo sea propicio. Saludos.
Ferran.
Francesc Miralles
A mí me encantó tu comentario, Ferran 🙂 Todos nos sentimos representados con lo que dijiste. Tú estás a la altura de todo lo que te propongas, no tengo la menor duda. ¡Un abrazo enorme desde esta parte del mundo!