Buenas noches,
Ayer por la tarde fuimos con un ejército de quince amigos a ver Moonage Daydream, el documental de Brett Morgen sobre David Bowie.
Confieso que, tras ver el trailer, me esperaba un pastiche con poco sentido, un videoclip de dos horas y cuarto. Sin embargo, como sus canciones me encantan y sabía que en la cinta había mucho metraje nunca visto, con eso me conformaba. Mis expectativas eran bajas y, por lo tanto, me llevé una sorpresa mayúscula.
Para empezar, el documental no está estructurado para explicar la vida de Bowie. No tiene un enfoque biográfico. No cuenta su ascensión, apogeo, decadencia y muerte. En especial, obvia esta última, porque no eso no es novedad. Antes o después, todos nos morimos al final.

Moonage daydream tiene un enfoque mucho más excitante y original. Es un viaje al alma del artista y a la propia existencia, la suya y la del espectador. Y lo más bonito es que el hilo conductor, de principio a fin, es la voz del propio Bowie. A través de un hábil puzle con trozos de entrevistas, logra que alguien desaparecido hace seis años relate con coherencia ese viaje a la creatividad.
Y el Duque Blanco —entre tantos otros personajes que encarnó— comparte tal cantidad de visiones, que toda nuestra troupe coincidió en que hay que volver a ver la película para acabar de asimilarlo todo.
Sentado en la oscuridad del Phenomena esas dos horas y cuarto, me sucedió algo que muchas veces me comenta mi amiga Katinka. A ella le hace muy feliz encontrar en un libro un determinado pensamiento que ella ha tenido previamente. Ese autor lejano, quizás incluso muerto tiempo atrás, se convierte entonces en su amigo. Y se siente menos sola porque alguien, en algún momento y lugar, ha tenido su misma visión. Un cálido hilo invisible les une desde ahora.
Viví eso mismo tres veces a lo largo del documental. Mencionaré una de ellas.
Hay algo raro que me sucede desde hace un par de décadas. Cuando no estoy haciendo algo concreto, con alguien o para alguien, siento que no existo. Como si fuera una cáscara vacía, solo cuando emprendo una actividad mi vida cobra sentido. Si estoy con un amigo, me lleno de amistad; si estoy escribiendo, adopto la función del escritor; y así con todo. Cuando no hay misión o interacción, soy solo un vacío sin más.
Cuando escuché a Bowie contar que le sucedía exactamente esto, motivo por el que no paraba de hacer cosas —escribir, componer, pintar, actuar… —, me dije: no estás tan loco como pensabas. ¡Gracias, David!
Entre las muchas perlas que va soltando, una es que, para cualquier ser humano, lo verdaderamente heroico es llegar al final del día. Sobre todo, si has logrado hacer algo que merezca la pena.
Hacia el final del documental, una periodista de la tele le pide que dé un consejo a los espectadores. Con gesto de dandy y su acento británico inconfundible, contesta: “Simplemente, que aprovechen el día” —y enseguida precisa— “Que aprovechen cada minuto.”
En eso estamos.
¡Feliz semana!
Francesc
Comments
Harumi
Hola Francesc! Como siempre mil gracias!!!! Yo bueno TambiEn necesito Hacer cosas por me nace y Me hace sentir viva.
Un abrazote!
Francesc Miralles
Pues eres como Bowie, entonces 🙂
Reyes del Pino montes
Cuando la apatía te atrapa, también hay que saber esperar a que madure el deseo de volver a activarte sin autorreproches ni prisas, con el paso de los años aprendes que también las pausas nos llenan de paz, que el silencio es sanador hasta que la luz vuelve a despertarte del letargo y lentamente reinicias la marcha.
Francesc Miralles
Gracias por tu profunda reflexión, Reyes!
Yerutí
Pues me ha pasado lo mismo, para mi también fue una grata sorpresa esta película que retrata tan bien al bowie que admiramos y también tuve una grata sorpresa, una sincronía que me llamó la atención, días antes habíamos estado hablando en una clase de filosofía del übbermensch de Nietzche, término que significaría en una muy simple e incompleta traducción “superhombre” ,una de sus características, dijo la profesora, sería una persona que al llegar al final de su vida, quisiera volver a vivirla exactamente igual, que es justamente una de las frases que dice bowie hacia el final de la película. Sin duda Bowie supo convertirse en el “ubbermensch” que proponía nietzche, se me ocurre que muchos de aquellos que pueden vivir su “ikigai”, también puedan llegar a serlo. Gracias por compartir tanta Belleza!!!
Francesc Miralles
Qué gran descripción de tu profesora de filosofía! Muchas gracias a ti por compartir tu sabiduría!!
Yerutí
Pues la de mi profesora, no la mía, jajaja!
Francesc Miralles
;)))
Gloria
Este tipo de mensaje, de aprovecha cada minuto, me hunde un poco más en la apatía, todo empezó con una revista que había en la estantería de los cajeros del supermercado, donde vas a pagar. La revista decía 1000 paraísos que tienes que visitar antes de MORIR.( haciendo cuentas…)
Luego se hizo famosa la enfermera que cuidaba enfermos terminales en su lecho de Muerte, Que contaba la tristeza y arrepentimiento de ANCianos que no habían aprovechado su vida, y ahora el minuto de Bowie…
A parte de apática, culpable. Nose, creo que volveré a Benidorm, y cuando esté en mi lecho de muerte, pediré un mojito y me inventare batallas, y en este minuto, cambiar las pilas del mando.
Francesc Miralles
1000 paraísos me parece excesivo, Gloria. Con uno ya bastaría… No te sientas culpable y dale al mojito en Benidom. ¡Un abrazo!
Gloria
Gracias por contestar. Escuchándote he entendido donde me encuentro. Buscando En el inacabable desierto el PROPOSITO de encontrar mi propósito.
Francesc Miralles
Buscar tu propósito es ya un propósito en sí mismo, Gloria! Un abrazo