Es de justicia que el enfado sea con uno mismo, pues, como decía Henry Miller, para el abuso hacen falta dos enfermos: el adicto a pedir y el adicto a dar.
Estas dos premisas son imprescindibles para cristalizar un gran proyecto vital: tiempo + ayudas. Si te niegas uno o ambos, no saldrás de la idea, de la intención.
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