Para entender ciertas películas, conectar con la música melancólica o penetrar en el misterio de muchas obras de arte, te han de haber roto el corazón una o mil veces.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies