Buenas noches,
Llevo ya semanas con un meneo brutal de charlas, viajes, artículos y otras escrituras. Durante el día, mis lecturas casi siempre tienen que ver con psicología o desarrollo personal, muchas veces porque preparo una entrevista, mi sección en la SER o porque debo editar algún futuro libro.
Para despejarme, por las noches leo novelas que me divierten, ricas en giros y sorpresas, y libres de melancolía existencial, que para eso ya tengo la mía.
Quizás porque he tenido que leer miles de ellos, es difícil que un no-ficción me sorprenda, pero de vez en cuando sucede. En esos casos, corro a compartirlo aquí con mis amigos.
Volviendo a las lecturas diurnas, para escribir un artículo en El País estuve leyendo Lessons for Living, el nuevo libro de Phil Stutz —el primero en solitario del psiquiatra de las estrellas— que al principio me aburrió. En contraste con el fresco documental de Netflix que le hizo Jonah Hill, los primeros capítulos abordaban de forma rutinaria temas ya tratados en decenas de libros anteriores.
Sin embargo, no hay duda de que el Dr. Stutz es un hombre sabio, después de cincuenta años dedicados a tratar las neuras ajenas, en especial las de los famosos. Por lo tanto, seguro que cada lector encontrará en este libro algo que le pueda servir.
En mi caso, un capítulo que aborda la adicción a ser validado tuvo un efecto liberador en mí.
Hubo un tiempo en el que yo acudía a fiestas de escritores por la humana necesidad de formar parte de una tribu, algo que está en nuestro ADN de cazadores recolectores. Como en todas las profesiones, en el sector editorial hay muchas envidias y rencores, y algunos consideran imperdonable que tus libros se vendan.
Con todo, hasta cierta edad me esforzaba en acudir a esos encuentros y celebraciones, en los que era tratado con frialdad e indiferencia. Yo procuraba ser amable con todo el mundo, fuera un escritor superventas o un debutante que se autopublica su primer libro, pero no me sentía acogido.
Hasta que mi amiga Carmen Domingo, que no tiene pelos en la lengua, me dijo una vez:
—Miralles, deja de ir a esas fiestas. ¿No te das cuenta de que te odian?
Ahí desperté de golpe y renuncié a estos eventos. No ahondaré en esta cuestión, pero sin duda tener algunos éxitos y decenas de traducciones ya entonces no ayudaba a ser querido.
No me siento especial por lo que estoy contando. Sé que todo el mundo se ha sentido incomprendido, maltratado o ignorado en alguna parte. Y, tal como afirma Stutz en su libro, sufrimos por la maldita validación.
Queremos que los demás nos quieran, nos reconozcan, nos acepten en la tribu, porque nuestro cerebro reptil aún recuerda que los humanos excluidos del clan estaban condenados a morir.
Sin embargo, ya no vivimos en la selva, ni necesitamos de las palmaditas de nadie para hacer bien nuestro trabajo. Por lo tanto, si te cargas la validación, gran parte de tus problemas mueren con ella. Me reconozco a mí mismo, me acepto y me valido, con eso es suficiente. No importa lo que digan o piensen los demás.
Eso sí, como recomendaba mi amiga, no tiene sentido frecuentar compañías que no quieren lo mejor para nosotros. Necesitamos gente que se alegre de que existamos. Como decía Nina Simone: “Tienes que aprender a levantarte de la mesa cuando ya no se sirve amor”.
¡Feliz semana!
Francesc
Comments
Cynthia Román
Hola Francesc buenas noches, lo volviste hacer! 😲
No sé si es casualidad o causalidad porque hoy precisamente hablaba con un conocido de que uno tiene que aprender a levantarse de una mesa cuando tú no componen nada ahí, sin importar lo que los demás piensen. Es en ese momento que uno lo entiende que la validación, crítica o adulación ninguna te define. A quien le toca definirse es a uno mismo. Y qué irse de lugares donde nos ignoran, nos descalifican o nos invalidan, es de valientes irse o más bien uno se larga!
Excelente Francesc, un abrazo
Tú lectora de Puerto Rico,
Cynthia Roman
Francesc Miralles
Un abrazo muy fuerte de Barcelona a Puerto Rico!
May González Marqués
El que te validen, el que te valoren, pienso que es una necesidad consustancial al ser humano, pues todos, desde pequeños queremos ser reconocidos y que se nos valore por ser quienes somos.
Eso es una cosa, y otra es que siendo ya adultos, busquemos esa validación sin ningún tipo de discriminación. Hace unos años fui activista en salud mental, y tuve que dejarlo precisamente por eso, porque de muchos medios se me reclamaba para hablar de mi experiencia en primera persona, e incluso me llegué a creer que yo representaba a las personas con problemas de salud mental que nO Tenían voz. Y me lo creí. Mi ego se hizo muy grande y se juntó con esa adicción que tú comentas, Francesc, a la validación, hasta que tomé la decisión de alejarme de eSos Ambientes que no me hacían ningún bIEN, sólo por encontrar mi sitio en el mundo.
Ahora sé que ese Lugar está conmigo y con todas las personas que me quieren, y también con todos aquellos espíritus Afines con los que comparto ideas, momentos agradables, pero sobre todo mi cariño. Besoabracitos.
Francesc Miralles
Tomaste una muy buena decisión, querida May!
Abrazos fuertes
Paola
Me reconozco, me acepto, me válido y con eso es suficiente. Debería ser el mantra más importante. Gracias por recordarlo Frances.
Pao desde Argentina
Francesc Miralles
Un abrazo, Paola!
Núria
Qué bonito!!!! me reconozco a mi MISMo, me acepto y me valido. Es suficiente. Es suficiente. Reconozco la luz que hay en ti 🙏 Mamasté
Francesc Miralles
Namsté, Núria!!
Ester
“Me reconozco a mí mismo, me acepto y me valido, con eso es suficiente.” Tan pocas palabras y con tanto peso. Cuántas horas de terapia para asimilar que así ha de ser. Nacemos desnudos, en el más amplio sentido, y vamos creciendo y armando una coraza, que más tarde, uno tiene/quiere despojarse de ella para vivir en coherencia con su propio ser.
Rodearnos de quien nos quiere y ame y que nos importe poco el qué dirán los que no nos quieren tanto.
Gracias Francesc, abrazo infinito y feliz semana 💕😘
Francesc Miralles
UN abrazo muy fuerte, Ester! Ens veiem aviat!!
Leticia
Estas despegado, sin duda lo peor del ser humano es la envidia y arrogancia y cuando intentamos encajar con gente dominada por esos sentimientos nos desgasta. Tu validación la marca tu amor propio y tu público que te adora.
Francesc Miralles
Un abrazo enorme, querida Leticia!
Mamen
No queda mas remedio que validarse uno mismo pero que alegria te da una sonrisa, un guiño o una bonita mirada!
Uno fuera de la tribu ha de ser mas fuerte!
No te parece?
Un dulce nunca amarga‼️‼️
Francesc Miralles
Muchas gracias, Mamen! Abrazos!!
Francesc Miralles
No queda otra, querida Mamen! Gracias por estar aquí!!