Buenas noches,
Las últimas dos semanas no he escrito en el blog porque regresé al sur de la India para dar charlas, y este es un país que te arrastra. Apenas tuve oportunidad de sentarme delante del ordenador.
Mientras participaba en el Kerala Literature Festival, conocí a una persona muy especial. Faizal es uno de los empresarios más exitosos de su estado, si no el que más. Su padre era comerciante de arroz, entre muchas otras cosas, y su madre tiene una rara y admirable virtud que todos reconocen: jamás ha odiado a nadie en su vida.
Criaron a sus hijos en la disciplina del trabajo y la responsabilidad. Siendo pequeños, a las cinco de la mañana ya les llamaban a la puerta para que se levantaran y empezaran la actividad del día. Esto hizo de todos ellos personas muy entregadas a sus proyectos.
Faizal empezó su fortuna abriendo una pequeña fábrica de válvulas en Barcelona. Luego abrió factorías en otras partes del mundo, gracias a haber creado una tecnología pionera que nadie más tenía. La empresa adquirió tal volumen, que fue comprada por una multinacional estadounidense por mil millones de dólares.
Este es el momento en el que Faizal decide dejar de lado los negocios para dedicarse a su ikigai. Tras visitar varias escuelas públicas en el estado de Kerala, se dio cuenta de que los edificios estaban en tan mal estado —llenos de goteras y con apenas aseos— que deprimía el ánimo de profesores y alumnos. Eso se traducía en resultados académicos muy pobres.
Dispuesto a revertir su dinero en la sociedad, tras crear con su esposa la Faizal Shabana Foundation, hizo al ministro de educación una inesperada propuesta: derribar esas viejas escuelas para levantar otras nuevas, pagando de su bolsillo. Durante el verano escolar, empezó a construir con materiales prefabricados nuevos edificios mucho más limpios y cómodos para los niños y niñas.
A día de hoy, dos millones de niños se benefician ya de esta iniciativa y los resultados escolares han mejorado exponencialmente. Disponer de escuelas nuevas, modernas y espaciosas ha levantado la moral de los docentes, así como la autoexigencia de los alumnos.
Mientras el proyecto escolar crece —ha empezado a aplicar su modelo al vecino estado de Tamil Nadu—, Faizal ha invertido 100 millones de dólares en otro sueño: construir un hotel-clínica en medio de la naturaleza donde se combinará medicina occidental, ayurvédica, china y tibetana para tratar enfermedades crónicas que no suelen tener cura.
Este proyecto me llamó mucho la atención, por su envergadura y ambición, así que Faizal nos invitó a mi compañera y a mí a pasar los últimos días en la India en TULAH —en sánscrito significa Equilibrio—, como se llamará el complejo que abrirá al público en septiembre.
Gracias a un ejército de jardineros, que removió y revitalizó un enorme solar de tierra muerta, hoy es un vergel con miles de árboles de procedencias muy distintas. Hay incluso un jardín japonés. Eso ha cambiado el clima del lugar, que era tórrido y seco, en un jardín fresco y húmedo. Han llegado pájaros de todas partes y otros animales se han sumado el ecosistema.
La aventura de Faizal me recuerda a la que se narra en el libro de Jean Giono que tanto gusta a mi amigo Álex Rovira: El hombre que plantaba árboles. Más allá de ser un relato de marcado carácter ecológico, es también una oda a los planes a medio y largo plazo, algo que solo está al alcance de quien ve más allá de los resultados inmediatos.
Como dice Giono en su obra:
“Si uno quiere descubrir cualidades realmente excepcionales en el carácter de un ser humano, debe tener el tiempo o la oportunidad de observar su comportamiento durante varios años. Si este comportamiento no es egoísta, si está presidido por una generosidad sin límites, si es tan obvio que no hay afán de recompensa, y además ha dejado una huella visible en la tierra, entonces no cabe equivocación posible.”
Mientras charlamos en medio de estos jardines que asombran a los visitantes, llegan toda clase de personas a saludar a Faizal. Muchos vienen a que les firme un ejemplar de Ikigai, porque se han enterado de que estoy en Tulah. Uno de ellos es un famoso actor de cine indio.
Al despedirnos con el deseo de volvernos a encontrar en verano, cuando este centro de salud rodeado de verde estará ya en funcionamiento, hablamos de la importancia de crear proyectos que nos trasciendan. Eso me hace volver al personaje de Jean Giono y a una frase de un teólogo estadounidense:
«Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará, ha empezado a descubrir el significado de la vida»
Y no es necesario emprender un proyecto faraónico para dejar huella. Cualquier gesto o pequeño acto que aporte belleza o bondad suma. ¿Qué legado te gustaría dejar en el mundo? ¿Cómo quieres ser recordado?
¡Feliz semana y gracias por seguir aquí!
Francesc
Comments
Reyes del Pino montes
Esta historia me ha producido gran emoción, existe gente dispuesta a curar este planeta herido por la barbarie y SACRIFICIO de inocentes.
Francesc Miralles
Así es, querida Reyes! Abrazos!!
Martha Valencia Gutierrez
Siempre es un placer leerte, FRANCESC, cómo no emocionarse, cómo no interpelarse, e intentar descubrirse entre bondad.
Francesc Miralles
Muchísimas gracias, Martha!!
Angeles
Que historia tan mágica y reveladora!!!!!
Francesc Miralles
Así es, querida Ángeles!! 🙂
Navneeth
Agree with every word…A family of visionary with a HEART of gold with humanity on the forefront
Francesc Miralles
I feel the same, dear Navneeth
Ana González
Gracias por esta bonita e inspiradora historia. A mi me gustaría llevar el placer de la lectura y los libros a lugares donde no llega o no es común nutrirse de sabiduría que alimente el alma. NAMASTÉ, querido Francesc.
Francesc Miralles
Seguro que encontrarás la manera de hacerlos llegar, querida Ana!
Ester
Te leo y siento paz. Envidia por no lograr llegar a sentirme asi. Que la vida se nos come porque le hemos dado permiso. Que la bondad siga dejando semillas y que una de ellas sea la mia. Feliz semana
Francesc Miralles
Que así sea, Ester! Un abrazo muy grande y feliz semana!!
Adriana Ortemberg
Una historia maravillosa sobre un ser maravilloso en un lugar maravilloso….siempre tan inspirador amigo….gracias!
Francesc Miralles
Gracias, querida Adriana!! Nos vemos pronto!
Andrewis Liriano
Querido francesc cuando comence a leef tu relato inmediatemente me traslade a ese grandioso personaje del libro el hombre que sembraba arboles. Para mi tanto tu, Alex ROVIRA y faizal son la encarnacion de “Elzeard Bouffier” por la labor que realizan en favor de la humanidad cada uno en su elemento. Muchisimas gracias por compartir este relato. Un gran abrazo.
Francesc Miralles
Muchísimas gracias a ti por tus amables palabras, Andrewis! Otro abrazo!
Vasudeva
Thanks for the well written story… I know Faizal personally as we were classmates during our professional course!! Unbelievable the way Shabana and Faizal have gone about their lives touching so many peoples lives & healing many of them in the process. Proud of them!!
Francesc Miralles
I am also very honoured to read the words of so many good people here! Thank you!
Francisco
Quiero recordar que en uno de sus maravillosos libros invita a los lectores a hacer una lista de todos los maestros que hemos tenido en nuestra vida, muchos son los que parecen en mi mente y tengo que decirle que ninguno ha sido tan importante como usted y los que han precedido. Cuando leí Ikigai mí vida cambió, comencé a creer en mis sueños ya ejecutarlos, de ahí pase a conocer la «filosofía» de Frank Suárez y su ayuno intermitente y por último alucine con el hombre de hielo que seguro conoce personalmente. Sinceramente hermano inspiras y tú sí que me das alas no como Reed bull. Un fuerte abrazo y sueño con tomarme una cerveza contigo.
Francesc Miralles
Gracias por tu amable y simpático mensaje, querido Francisco!! Un abrazo muy fuerte!!
maría dolores
Francesc, no dudo de la rara y admirable virtud de la madre de faizal. tú también tienes una exactamente igual de calificable, y es que todo lo que escribes siempre, aporta siempre.
Francesc Miralles
¡Muchísimas gracias, María Dolores!
Lérida
Como siempre, Francesc, es un placer leerte. la forma de compartir tus vivencias siempre enriquecedoras, hacen que cada día conozcamos un poquito más de ti, de tu forma de ser, de tu sensibilidad… y También a personas y lugares que inspiran; lo que hace que cada día te sienta más cerca y te admire más.
¡Un abrazo muy fuerte desde aquÍ!!!
Francesc Miralles
Un abrazo muy fuerte desde Okinawa ahora mismo!!!