Buen lunes (esta vez sí),
Hay lugares que vuelven a nuestra memoria una y otra vez, en ciertos momentos de la existencia, tal vez porque tienen algo poderoso que decirnos. Así ha sido, a lo largo de los años, mi relación con el desierto.
Desde que escuchara de niño El principito en un vinilo, en la soledad de mi habitación, los mares de arena me atrajeron de forma irresistible. Tal vez por lo que decía Saint-Exupéry: “Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo”.
El momento más memorable de mi primer viaje a Marruecos fue sentir la soledad en medio de las dunas que se movían a mi alrededor, cambiando el paisaje a cada momento. En mi segundo viaje a la India, pasar la noche bajo las estrellas en el desierto de Thar fue otro trago de eternidad.
Si no sucede nada raro, el mes que viene esperamos viajar con un viejo amigo, embajador en Omán, a un desierto de este país del golfo.
¿A qué obedece esta fascinación por los desiertos? ¿Cómo es que muchas religiones han nacido en lugares así? El sacerdote y escritor Pablo d’Ors, de quien hablé hace un par de semanas, lo explica así en su novela breve El amigo del desierto:
“Cuando digo que amo el desierto, ¿qué digo estar amando? ¿La arena ardiente por el día y helada por la noche? ¿Las muchas y variadas formas de las dunas? ¿El cielo estrellado y la luna enorme, como un astro vivo y equivocado? ¿La soledad? ¿El vacío? Quizá solo ame el concepto del desierto, y quizá lo ame porque quiero ser como él. Amo el desierto porque es el lugar de la posibilidad absoluta: el lugar en que el horizonte tiene la amplitud que el hombre merece y necesita. El desierto: esa metáfora del infinito.”
En nuestra exploración del Ikigai desde que publicáramos con Héctor García el primer libro, hace ya 6 años, el desierto tiene también un importante significado.
Cada vez que agotamos un propósito vital o que nuestra vida se rompe, por cualquier motivo, antes de renacer a otra vida atravesamos un desierto existencial. En nuestro trayecto entre dos oasis parece no haber nada, pero hay mucha vida oculta y suceden cosas muy importantes mientras lo atravesamos; entre ellas:
- Nos damos cuenta de que somos mucho más fuertes de lo que creíamos. El miedo a la pérdida, una vez consumada, se convierte en valor y resiliencia.
- En el desierto encontramos nuevas amistades que también se dirigen al próximo oasis. Con ellas y ellos conversamos sobre aventuras pasadas y futuras, juntos llenamos el presente de posibilidades infinitas.
- El vacío que se abre ante nosotros es un inmenso lienzo con un mensaje muy claro: esta es tu vida, y no hay nada, justamente, para que puedas plasmar lo que quieras en ella. El desierto es libertad.
Inevitablemente, habrá momentos en nuestra travesía del desierto que nos sentiremos desfallecer, tal vez nos duela el pasado y el presente, y creeremos que estamos cruzando el infierno mismo. Cuando nos sintamos así, recordemos esta reflexión de Winston Churchill:
“Si atraviesas el infierno, no te detengas; sigue caminando.”
¡Feliz semana!
Francesc
Comments
Marta
Verdaderamente nos inspiras, Francesc…ya aguardo tus compartidas del desierto??no nos detengamos…sigamos caminando….nos llevas por buen camino…la.Vida es maravillosa para deternos….te seguimos…??✨??????
Francesc Miralles
Muchas gracias por tu amabilidad, Marta!! Abrazos!!
Jose anGel montero
Gracias Francesc por tu aportacion siempre inspiradOra ! Pero me PreGUNTo …. Queda mucho para el pRoximo oasis ? NAMASTE
Francesc Miralles
Ya va quedando menos :)) ¡Adelante, José Ángel!
Martha Valencia Gutierrez
Como si me hubiese sentado a tu lado, exponiendo la fragilidad del alma. Tus letras llegan a mi, como esa arena del desierto, que suele colarse por aquellos lugares de expectante vacío. Gracias Francecs por siempre llamarnos a vivir.
Francesc Miralles
Gracias por tus bellas palabras, Martha!!
Bss
Mamen
Entierra tu desnudez en el desierto, siente el peso de la arena y pierdete en el rio que se abre Entre tuS pechos. Luego Hablamos. Gracias! ✨✨✨
Francesc Miralles
Un abrazo, Mamen!!
Pilar
¿Mucha gente ha estado atravesando el desierto últimamente? ¿Por qué me da que no soy la única que ha hecho la travesía más difícil de su vida este otoño-invierno?
Francesc Miralles
Creo que tienes mucha compañía en tu andadura, querida Pilar. Ánimos y un abrazo fuerte!!!
María
Maravilloso punto de vista y muy motivador para los que estamos en tránsito entre dos oasis. No me canso de leerte. Gracias
Francesc Miralles
Muchas gracias a ti, Maria, sigue caminando hasta llegar al oasis. Con cariño, F.
Mari Carmen
En relación a tus inspiradoras palabras, solo decir algo muy sencillo, que espero que te guste.
Hay tierra en tus manos…
La recogida en tu infancia
cuando estabas jugando
todavía te acompaña.
Un abrazo.
Francesc Miralles
¡Me encanta, Mari Carmen! Abrazos
Tolo Alzina
Muchas gracias, querido. Pura poesía. Parafraseando una maxima que siempre me acompaña: «lo importante no es si el vaso está medio lleno o medio vacío. Lo importante es que tienes un vaso» gracias por los desiertos que nos brinda la vida. Un fuerte abrazo ??❤
Francesc Miralles
Me encanta esta máxima, Tolo! Abrazos!!